Novenas históricas

“Santísimo Hijo de Dios, vivo, amabilísimo Redentor del Mundo, dulcísimo Jesús de la Salud y de la Aguas…”  ¿En cuántas ocasiones se habrán pronunciado estas palabras, con las que se inicia el rezo de la novena al Señor de la Salud y de las Aguas, entre los muros del templo de San Juan?,  ¿Cuántos labios las habrán musitado con los ojos fijos en el Crucificado que se emplaza cada mes de mayo en su retablo mayor? ¿Cuántos corazones habrán depositado su confianza en ellas como vehículo de su esperanza ante la bondad divina?; sin la menor duda numerosísimas.

La estampa de los tradicionales caminos para llegar a San Juan: las cuestas, el del río, el de la Virgen de Espera, transitados por devotos en los primeros dieciocho días del mes de mayo, con su  librito de la novena en su mano, se configura como una genuina y peculiar estampa  inherente a la realidad devocional del hoy Patrón de Antequera.

Cabría hablar con todo rigor de acervo  secular, pues gracias al fervoroso celo con que ha sido conservado por tradición familiar, se dispone de un ejemplar de dicha novena que alcanza los 175 años, ya que salió de los talleres de imprenta antequeranos de D. Agustín Gallardo en el año 1839, siendo su texto prácticamente el mismo que ha llegado a nuestros días, pues es ése con el que los fieles identifican mejor sus plegarias.

Novena año 1839
Novena año 1856
Novena año 1931
Novena año 1945
Novena año 1958
Novena año 1965
Novena año 1974
Novena año 1980
Novena año 1982
Novena año 1986
Novena año 1990
Novena año 2003
Novena año 2013